Thursday, December 13, 2018

El paseo Bolívar

Muchos meses de expectativa pasaron pensando cómo terminaría siendo el recientemente inaugurado paseo Bolívar, y la #ciclorruta que allí habría.

Finalmente esta obra urbanística está terminada y parece increíble encontrar en Medellín una vía completamente peatonal tan amplia, donde da gusto transitar bajo el viaducto del metro incluso en medio de la multitud.

Me habría gustado que fuera más verde; ojalá los árboles que sembraron crezcan bastante, y luego se pueda pensar en sembrar más vegetación. Mientras tanto es bueno ver como sí hay buenas obras de transformación urbana.

La ciclorruta, sin embargo, es decepcionante. O mejor, tal vez después de verla parece que en realidad era innecesaria.

Entre Junín y Amador (calles 44 y 45 respectivamente), y luego entre las calles 46 y Colombia (50), permanece un carril vehícular para evacuar el tráfico de la zona comercial, y allí el carril bici está separado de la calzada por elementos de concreto más bien pequeños pero que parecen cumplir su labor de manera aceptable. Hasta aquí parece una ciclorruta normal, que hay que transitar despacio y con cuidado por el gran número de peatones.

La sorpresa está entre la calle Colombia y el Parque de Berrío, donde el paseo peatonal se extiende por completo a ambos lados del metro, y la ciclorruta se convierte en no más que tres líneas de pintura en el suelo.

Días después de tomar esta foto me di cuenta de la curiosa señal de tránsito que se ve a la derecha y que pareciera indicar que el ciclista debería ir caminando con la bici al lado.

Y no estoy tratando de argumentar que allí el carril bici debería estar separado físicamente, lo cual obviamente no sería adecuado. Lo que no entiendo es simplemente para qué tomarse el trabajo de pintarlo cuando claramente no es necesario.

Acaso lo que insinúan estas líneas es que los ciclistas deberían transitar únicamente entre ellas?

Al igual que la ciclorruta de ciudad del río, aquí parece que la idea era simplemente buscar la manera más fácil de agregar km a la meta que se puso la alcaldía actual de agregar 80 km a la red de carriles existentes, y que aun así no parece que vayan a cumplir.


La nueva ciclorruta de ciudad del río: Sentimientos encontrados

Ha pasado más de un año desde la última publicación en este blog, durante el cual han pasado muchas cosas en mi vida, pero pocas relevantes al uso de la bici. De hecho desde inicio de 2018 asumí nuevamente mi papel de bus familiar, por lo que la bici quedó relegada nuevamente a las madrugadas de los domingos y se acabó el idilio de ir @altrabajoenbici, de ahí también la prematura "muerte" del blog, o al menos un indeterminado estado de coma. Todavía tengo esperanzas de que en un futuro no muy lejano a alguna administración municipal se le ocurra conectar las ciclorrutas de la 30 y las vegas, lo que me permitiría llevar a mis hijos al colegio transitando casi el trayecto completo por vías ciclistas segregadas (siempre que supere el duro reto de convencer a mi pareja).

De hecho la nueva ciclorruta, a la que hace mención este aparte, acerca este sueño un poco más a la realidad: De los 2.6 km que se han construido, el tramo que va de las vegas al mal nombrado Centro Automotriz, agrega aún más longitud de carril bici a lo que sería el trayecto desde y hacia mi casa, más de la mitad de la distancia entre esta y la avenida Las Vegas, y el cual recorrí todos los días en el tiempo en que pude usar la bici como medio de transporte regular. Y sin embargo, no le encuentro mucho sentido a esta obra.

La primera sensación que me da la ciclorruta de ciudad del río es que la actual administración está tomando el camino más fácil para avanzar hacia la meta que se plantearon de 80 km nuevos. Primero la noticia de que en patio bonito van a pintar sharrows, y ahora este nuevo carril que sirve para conectar la ciclorruta de las vegas con sí misma, lo cual parece innecesario si bien crea un corredor que conecta con la avenida El Poblado, pero con un centro comercial cuyo propósito no podría estar más opuesto a promover el transporte sostenible. Tal vez la única centralidad relevante que conecta sea el Canal Parque Gabriel García Márquez de Telemedellín.

No sería mejor haber usado esos mil seiscientos millones de pesos para crear conectividad entre ambos lados del río, como lo vienen pidiendo los colectivos de ciclistas desde hace años? Al día de hoy la única conexión sigue siendo la de la avenida San Juan, cada vez más deteriorada.

Además, pareciera que se están interviniendo a propósito vías de menor tráfico y en las cuales simplemente es más fácil y más barato hacer un carril separado. En este caso, el carril intervenido era tan ancho que cabían 2 vehículos en paralelo a pesar de ser un carril sencillo, por lo que la separación del carril bici en realidad no debería generar ningún conflicto con el tráfico automotor, tal vez con la excepción de las intersecciones. Dado esto parece una ciclorruta escogida por facilidad más que por utilidad.

Ahora bien, hay cosas interesantes que me gustan de esta intervención:

Hacer la separación con jardineras es una apuesta que ojalá resulte bien. Si sobreviven las plantas podría tener un aspecto visual atractivo, y es una mejora con respecto al uso de simples bolardos  y estoperoles plásticos. También proveen una mejor separación y evitan la invasión del carril por parte de motocicletas y vehículos más grandes.

También concuerda muy bien con el diseño arquitectónico de Ciudad del Río, y agrega más infraestructura inclusiva y sostenible a uno de los buenos ejemplos de planeación urbana de la ciudad, donde ya están el MAMM y el Canal Parque de Telemedellín.




Monday, October 9, 2017

El invierno no es motivo para guardar la bici

Despúes de las últimas publicaciones, referentes al calor y al verano, llegó la época de lluvias, o como la llamamos tradicionalmente en Medellín y en Colombia, el invierno, y con él la incertidumbre y la duda de seguir moviéndose en la bici o dejarla guardada y optar por la protección del carro contra los elementos. Particularmente en la segunda época de lluvias del año, es decir septiembre-octubre-noviembre, donde no solo suele caer más agua sino que los días del mes en los que llueve son más.

Tranquilo con la falsa seguridad que brindan los días de sol en el verano (y la ingenua ilusión de que se extendiera hasta finales de septiembre), no tuve la precaución de comprar unos buenos guardabarros para la bici ni un poncho para mí mismo, y llegado el invierno siempre hay una excusa para posponerlo un poco más.

Sin embargo no todo está perdido, y el propósito de esta publicación es dar ejemplos y consejos de cómo, aun en invierno, es posible usar la bici como principal medio de transporte sin tener que realizar mayores cambios a la indumentaria (o incluso ninguno en absoluto), dadas algunas condiciones:

1. En invierno llueve más, pero generalmente no llueve más largo.

Lo usual del invierno, al menos en Medellín, son los aguaceros, con seguridad más frecuentes y más intensos, pero no siempre más largos. Esto implica que si bien es probable que llueva todos los días, también es muy probable que haya muchos momentos del día en que sea posible salir a la calle mientras no llueve, por lo que con algo de planeación y si se tiene flexibilidad con el horario, aun en invierno es posible ir en bici sin mojarse la mayor parte del tiempo. Rara vez llueve todo el día seguido.

2. Por lo general la calle se seca sorprendentemente rápido.

Sea por el calor que acumula el pavimento, o por el movimiento de los carros que genera calor y viento, se puede salir 15 o 20 minutos después de haber pasado el aguacero y ya la mayor parte de las vías estarán secas, por lo que la salpicadura de las llantas no será tan drástica. Con excepción de algunos charcos aquí y allá, que se pueden esquivar fácilmente, la vía estará razonablemente seca para salir sin preocupaciones ni tenerse que cubrir hasta el pelo.

Un consejo adicional, cuando no se pueden evitar los charcos o cuando toca salir con la calle aun mojada, es ir despacio para evitar al máximo la salpicadura de la llanta trasera. A mayor velocidad mayor es la probabilidad de que el mugre salte de la llanta a la espalda.

3. La dirección del aguacero suele ser predecible.

En el Valle de Aburrá predominan los vientos desde el norte y el oriente, lo que significa que los aguaceros generalmente se mueven hacia el sur y hacia el occidente. Basta con mirar hacia el norte y el oriente para saber si el aguacero viene hacia uno o si pronto va a pasar. Si uno mira a las montañas al oriente y alcanza a ver el cielo azul, puede estar seguro de que el aguacero va a pasar pronto y habrá al menos un rato de tiempo seco para llegar a destino.

4. Hay apps de pronóstico meteorológico bastante precisas.

Hoy en día casi todos tenemos el pronóstico del tiempo al alcance de la mano, en nuestro celular. A pesar de esto mucha gente aun no confía en las predicciones meteorológicas. Lo que yo he encontrado es que hay que probar distintas fuentes de información hasta encontrar una que sea lo suficientemente buena para el lugar donde uno vive.

La app que viene por defecto en mi celular resulta no ser muy buena para predecir el tiempo, sin embargo tras probar algunas más encontré una que suele ser bastante acertada y me sirve mucho para planear mi día. Incluso tiene una función que muestra el pronóstico hora a hora y es bastante precisa lo que me ayuda a decidir a que hora probablemente podré salir. De todos modos hay que tener en cuenta que nunca la predicción va a ser perfecta y que la ciudad es bastante grande, por lo que a veces llueve en otra parte de la ciudad, tal como estaba previsto, pero uno no se da cuenta.


Wednesday, August 2, 2017

Cómo no sudar (tanto) en la bici. Parte II

Tras escribir la semana pasada sobre algunos consejos para mantenerse fresco mientras se usa la bici como medio de transporte utilitario (que también aplican para el uso recreativo), BikePortland  ha publicado también una lista de tips para mantenerse fresco, ya que por estos días en el norte atraviesan por olas de calor. Algunos de los cuales confirman lo que ya mencioné, pero mencionan otros nuevos que pueden ser útiles también para muchos de nosotros:

El casco puede ayudar: Aunque se puede argumentar que el casco, por más ventilado que sea, restringe el flujo de aire alrededor de la cabeza, en días o trayectos particularmente soleados también puede protegerla del sol, evitando que se caliente. Además muchos cascos tienen almohadillas internas que se pueden mojar para ayudar a refrescar la cabeza.

Congelar la botella de agua: si hace mucho calor ayuda también que la botella o caramañola esté congelada, lo cual mantendrá el agua fría por mucho más tiempo. Este me recuerda a un consejo de Seth's Bike Hacks, quien recomienda poner la mochila completa, con la bolsa de hidratación llena, desde el día anterior en el congelador para que sirva como refrigeración durante el trayecto; una buena idea para aquellos que deciden llevar la mochila al hombro en lugar de dejar que la bici la cargue.

Usar una camiseta o una bandana mojadas: Admito que el de la camiseta me sorprendió un poco, y puede parecer poco práctico para alguien que va en bici al trabajo, sin embargo gracias al movimiento y la ventilación es casi seguro que al cabo de unos pocos km ya se haya secado. En cualquier caso una bandana mojada en la cabeza también es una buena alternativa, ya que refrescar la cabeza efectivamente también ayudará a reducir la temperatura de todo el cuerpo.

Llevar siempre algo de efectivo: para tener la opción de comprar una bebida refrescante a medio camino. A todos se nos ha olvidado la caramañola alguna vez.



Thursday, July 27, 2017

Cómo no sudar (tanto) en la bici


Una de las principales preocupaciones de quienes han pensado alguna vez en usar la bici como medio de transporte pero luego lo han descartado, principalmente para ir al trabajo, es el tema del sudor.

Pocos cuentan con el lujo de una ducha en su lugar de trabajo, por lo que la idea de llegar a la oficina con marcas en la espalda o en las axilas es suficiente para hacer cambiar de opinión a muchos.

Sin embargo hay varios factores que influyen de manera considerable en cuán frescos podemos llegar a destino en nuestra bici:

Dejar el afán. Si bien pedalear algunos km diarios califica como actividad física, ni la ciclorruta ni la calle son un velódromo o una etapa de una vuelta ciclista. De cualquier manera, al igual que al transitar en un carro o moto, la velocidad promedio está determinada por el tráfico, la ruta, las intersecciones, los semáforos y demás.

Pedalear más rápido, o en una relación (cambio) innecesariamente difícil solo reduce el tiempo necesario para llegar al próximo semáforo. Al pedalear de manera más pausada se puede tener una misma velocidad promedio manteniendo el sudor al mínimo.

Si se quiere sudar menos es mucho mejor una bici con cambios que una fixie.

Dejar que la bici cargue tus cosas. Por más que los fabricantes de morrales deportivos insistan que con mallas y otros elementos se mejora la ventilación entre el morral y la espalda, la mejor manera de llegar con una mancha de sudor en la espalda es cargar una mochila. Las bicis de EnCicla o muchos otros esquemas de bicicletas públicas llevan una canasta en frente por una razón, y no es propiamente tener una apariencia vintage. Deja que tu bici te lleve a tí y a tus cosas, y el viento te mantendrá fresco.

Y esto no significa necesariamente tener que instalar una canasta o alforjas en la bici! Con un poco de creatividad muchos bolsos o morrales pueden fijarse de manera segura al manubrio o al tubo superior de la bicicleta sin necesidad de gastar en aditamentos. Por supuesto, hay que asegurarse de que todo quede bien fijo para evitar un accidente.

Este morral, a pesar de que supuestamente permite ventilar la espalda, va mucho mejor amarrado al manubrio de la bici con sus propias correas.

Elegir una buena ruta. En mi caso el trayecto de ida en la mañana es casi todo de bajada, lo que hace que el de regreso sea en subida, pero el objetivo es no llegar sudando a la oficina, al llegar a casa la situación es diferente.

Elegir una ruta predominantemente plana, o si se tiene suerte en bajada, aun cuando implique un trayecto más largo, reducirá el esfuerzo necesario.

Evitar el sol. Ya sea elegir una ruta sombreada con árboles o edificios, o realizar el trayecto temprano en la mañana o al final de la tarde, guardarse del sol siempre ayuda a no sudar tanto.

Usar ropa fresca. Esto no significa cubrirse en lycra o ropa deportiva. Las prendas sueltas de algodón son frescas y permiten una excelente ventilación. La mera diferencia de llevar la camisa por dentro o por fuera del pantalón tiene un efecto enorme en la forma en que el viento generado por la velocidad de la bici ayuda a refrescarnos y evitar el sudor.

Aun así hay que ser sinceros y en ciudades como Medellín, donde la temperatura raramente baja de los 20ºC, el calor aun a la sombra puede ser suficiente para poner a sudar a muchos, pero simples recomendaciones como estas pueden hacer la diferencia para que tu trayecto en bici sea suficientemente cómodo y fresco para animarte a repetirlo.

Thursday, June 8, 2017

Los semáforos invisibles

Cualquier persona que haya tenido que esperar de primero en un semáforo en Colombia sabe que la ubicación de estos es menos que ideal. En muchas ocasiones el semáforo está justo encima del vehículo en la intersección, lo que hace que el conductor tenga que contorsionarse sobre el volante o sacar la cabeza por la ventana para estar atento al cambio de luz. En algunos casos la cebra está antes del semáforo y quien la respeta tiene alguna distancia para ver el semáforo sin tanto problema.

Esto es claramente un problema de diseño; si el semáforo estuviera sobre la intersección o después de esta, la visibilidad sería mejor.

Peor aun, es la ubicación de los semáforos de giro. Tradicionalmente en una intersección, el semáforo que indica el giro a la izquierda ha estado ubicado junto al carril izquierdo y se diferencia por tener forma de flecha, lógicamente, para que el conductor que va por ese carril se percate de si puede realizar el giro. En muchos casos este semáforo cambia a rojo antes que los semáforos que están ubicados sobre los carriles que siguen derecho, generalmente para dar paso a los peatones mientras los vehículos continúan recto. Hasta aquí todo normal.

El problema resulta cuando se instala una ciclorruta al costado izquierdo de la vía y no se reubican los semáforos. En estos casos el semáforo para girar a la izquierda ya no está junto al carril de giro, sino junto a la ciclorruta misma, lo cual hace que los vehículos que van a girar ahora se guíen por el semáforo que está sobre su carril y no se percaten de que deberían seguir el semáforo de giro y no el semáforo de seguir recto. Básicamente el semáforo de giro se vuelve invisible para el conductor por  no haber modificado la intersección más allá de introducir el semáforo para el ciclista.


Intersección de Palacé con Los Huesos.

Este es un problema de todos los días en mi ruta habitual, durante la cual hay al menos 4 intersecciones donde esto sucede.

Por mi propia cordura, prefiero pensar que la mayoría de conductores simplemente no ven el semáforo de giro, aunque en muchos casos la realidad es que simplemente hacen caso omiso de el.

Como ciclistas hay que estar atentos a estas deficiencias del diseño que no dan prioridad a los usuarios más vulnerables y por lo tanto incrementan nuestro riesgo.

Friday, June 2, 2017

Es necesaria una ciclorruta en cada calle? probablemente no.

Mi ruta usual de la casa a la oficina tiene 5 km. Alrededor de la mitad están cubiertos por la ciclorruta de la avenida Las Vegas y Palacé (carrera 50), que va desde el sector de Ciudad del Río hasta la avenida San Juan.

Durante mucho tiempo dudé de usar la bicicleta para ir al centro de Medellín tras un intento inicial durante un día sin carro durante el cual decidí tomar la Avenida Oriental solo para arrepentirme de haber usado una vía rápida el mismo día en el que los buses tenían la vía casi libre para ir a toda velocidad. Ese mismo día decidí que hasta que hubiera una ciclorruta en esta vía era estúpidamente peligroso volver a ir en bicicleta al trabajo.

Sin embargo, con el paso del tiempo, y el aburrimiento de los trancones, las ansias de volver a intentarlo con la bici fueron creciendo nuevamente y empecé a preguntarme si sería posible tomar una ruta más segura. Finalmente decidí probar con la ruta que estoy usando ahora y ha sido realmente fácil.

A pesar de que la ciclorruta de Palacé llega a su fin en San Juan (más bien continúa por San Juan en sentido E-W), se puede seguir por la primera para entrar al centro y atravesarlo completamente. A pesar de ser una vía de alta circulación de buses medianos (los que normalmente llamamos colectivos), está altamente semaforizada lo que hace que la velocidad del tráfico sea bastante lenta. En general en la bici voy a la misma velocidad que los autos, buses y motos, con la ventaja de que en los semáforos puedo avanzar hasta el frente.

Sorprendentemente además, pareciera que en esta calle los buses se olvidan de su afán y dejan de competir unos con otros, lo que es tranquilizador y aumenta la confianza para transitar.

El recorrido atraviesa el corredor del tranvía de Ayacucho justo en la estación de San Antonio, y siempre es bonito pasar por allí y ver el tranvía esperando pasajeros para iniciar su recorrido hasta Buenos Aires.

Finalmente por allí puedo llegar hasta la calle 55, para subir y atravesar el Parque de Bolívar, donde la Catedral Metropolitana y las palomas siempre son un paisaje agradable para iniciar el día, y llegar a la oficina.

Este trayecto normalmente me toma poco menos de media hora, dependiendo de la suerte con los semáforos en Palacé (que desafortunadamente siguen dando prelación a los carros). Llegar desde mi casa hasta la oficina por la avenida oriental probablemente no tomaría más de 15 minutos puesto que es un recorrido de casi 3.5 km.

Según el Plan Metropolitano de la Bicicleta, el proyecto de infraestructura de mayor prioridad es una ciclorruta que atraviesa por completo el Valle de Aburrá de sur a norte pasando por toda la Avenida Oriental. Ignoro si su construcción está contemplada dentro de los km que tienen proyectados la alcaldía y el área metropolitana; según las recomendaciones del citado plan debería ser así.

Sin embargo mientras eso sucede hay otras formas de circular en el centro sin sentirse constantemente en riesgo. Las medidas que se han tomado por administraciones recientes para calmar el tráfico, peatonalizar calles, entre otras, son bienvenidas y hacen al centro un lugar más amable y fácil de transitar en la bici.

Ahora creo que no siempre hace falta una ciclorruta para llegar a cada destino.




El paseo Bolívar

Muchos meses de expectativa pasaron pensando cómo terminaría siendo el recientemente inaugurado paseo Bolívar, y la #ciclorruta que allí ha...